El hardware se une al software: desde los sistemas mecánicos a la unidad de control interconectada
Hace exactamente 40 años, Audi revolucionó el mundo del automóvil. En 1980, con su tracción permanente a las cuatro ruedas denominada quattro, la compañía presentó un nuevo enfoque de la tecnología de chasis que aún hoy en día expresa el lema “A la vanguardia de la técnica”. Actualmente, gracias a la interconexión inteligente de la Plataforma Electrónica de Chasis (ECP), los innovadores sistemas de chasis son capaces de desplegar todo su potencial, como el dispositivo electromecánico de estabilización activa del balanceo (eAWS), la suspensión activa predictiva y la dirección dinámica a las cuatro ruedas (DAS). En el Audi e-tron, el sistema integrado de control de frenos (iBRS) es un ejemplo de cómo la eficiencia se convertirá en la tercera variable en el desarrollo del chasis, junto con el confort de marcha y la deportividad. Como unidad de control de alta tecnología, el futuro ordenador de dinámica del vehículo puede gestionar simultáneamente hasta 90 componentes.
Hacia un cerebro integrado de dinámica del vehículo
Audi avanza en el concepto de integrar la tecnología del chasis y del sistema de propulsión. En el futuro, un procesador integrado de la dinámica del vehículo se encargará del control de la dinámica longitudinal y transversal, así como de la gestión de la energía y de la cadena cinemática: recuperar la energía durante una frenada, determinar en milisegundos la fuerza de compresión del amortiguador y mantener el vehículo en la trayectoria exacta, todo ello prácticamente al mismo tiempo. El objetivo de desarrollo para las futuras generaciones de chasis es claro: además de un mayor margen entre la deportividad y el confort, la integración de tecnologías de eficiencia desempeñará un papel clave.