Los nuevos Audi SQ7 y Audi SQ8 con motor V8 TFSI: deportividad y prestaciones de nivel superior
Audi pone a la venta en España los SQ7 y SQ8 con el nuevo motor TFSI, como respuesta a la tendencia de ofrecer versiones de gasolina en el segmento de los SUV de altas prestaciones. Los nuevos modelos S cuentan de serie con un chasis que equipa numerosos componentes de alta tecnología y ofrecen nuevas funciones de conectividad y sistemas de asistencia. Se lanzarán a los mercados europeos a partir de otoño de 2020.
Con una potencia de 373 kW (507 CV) y un par máximo de 770 Nm que se mantiene constante entre 2.000 y 4.000 rpm, el 4.0 TFSI de gasolina propulsa a los Audi SQ7 y SQ8 de forma extremadamente dinámica. Para acelerar de 0 a 100 km/h apenas necesitan 4,1 segundos, mientras que pasan de 80 a 120 km/h en tan solo 3,8 segundos. La velocidad máxima está limitada electrónicamente en ambos modelos a 250 km/h. En función del equipamiento seleccionado, el SQ7 TFSI consume entre 11,9 y 12,5 litros de combustible cada 100 km, lo que equivale a unas emisiones de CO2 de 270–285 g/km. El SQ8 TFSI homologa consumos de 12,6 a 12,8 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de 286–291 g/km.
El V8 4.0 TFSI biturbo, con una cilindrada de 3.996 cm3, es un propulsor de alta tecnología. El bloque, fabricado en aluminio, cuenta con camisas de los cilindros cubiertas con una capa especial de acero aplicada mediante inyección por plasma que reduce la fricción y, por lo tanto, el consumo de combustible, mejorando también la resistencia al desgaste. Cuando se conduce de forma moderada, el sistema de desconexión de cilindros Audi cylinder on demand (COD) desactiva de forma temporal cuatro de los ocho cilindros, desconectando la inyección y el encendido y manteniendo cerradas las válvulas de escape; una tecnología más de eficiencia que contribuye a reducir el consumo de combustible.
Cuando el conductor demanda el máximo rendimiento del 4.0 TFSI es necesario asegurar el correcto llenado de los cilindros. Para ello, los árboles de levas de admisión y de escape pueden ajustarse en un ángulo del cigüeñal de 50 grados, dependiendo de las condiciones de funcionamiento. Este preciso control del solapamiento de la apertura de las válvulas garantiza el intercambio de gases y el rápido llenado de la cámara de combustión.
Los dos turbocompresores twin-scroll de doble entrada, uno para cada bancada de cilindros, que alcanzan una presión relativa de hasta 1,5 bar, también optimizan el intercambio en el flujo de gases, que virtualmente no presenta pérdidas. El resultado es una poderosa entrega de potencia y una respuesta instantánea. Las culatas están diseñadas con la admisión en la parte exterior y el escape en la interior de la V a 90 grados que forman los cilindros, donde se alojan los turbocompresores y sus correspondientes intercoolers. Esta disposición permite unos cortos recorridos de los gases y el control de las turbinas con unas mínimas pérdidas de flujo.